Emprendemos una aventura por las orillas del río Duero, en busca de las sensaciones máximas de un brebaje milenario, que hoy en día se ha convertido en el máximo exponente de la sofisticación y compañero inseparable de la alta gastronomía.
El vino es algo mas que cultura, industria, tradición y placer ya que en la Rivera del Duero es el eje, que articula toda la vida de estos pequeños pueblos, volcados en sus tierras y sus bodegas en busca de la perfección.
Paramos en Olmedillo de Roa, donde nos enseñan la tradicionales cuevas del vino, escavadas a mano en los duros inviernos, cuando las tareas agrícolas son imposibles y donde cada familia guardaba su pequeña provisión de vino casero para el año.
Estas cuevas se siguen utilizando y de ellas sale sin ninguna duda el caldo mas amable y natural.
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